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Huir o gestionar el conflicto



En más de una ocasión hemos dicho que a los empleados no se les paga por saber mucho sino por dar solución a los múltiples inconvenientes que caen encima de la mesa día tras día. 

La erudición está bien, pero las empresas, sobre todo, buscan gente pragmática que dé salida a los problemas; gente que en lugar de quejarse por lo que ocurre busca alternativas para resolver las cuestiones.

El mundo de la empresa es una gestión continua de conflictos. 
Es más, la vida es una gestión continua de conflictos. 

Como casi siempre, son las personalidades las que hacen que los conflictos sean algo retador o algo horrible que altera la estabilidad y causa ansiedad.

Ante los conflictos hay tres alternativas: 

A) - huir
B) - estallar 
C) - gestionar. 

Uno puede huir de los conflictos –es una alternativa– el problema es que aparecen otros nuevos; 

también uno puede estallar con los conflictos, pero eso no soluciona el problema y además causa desazón interior; 

finalmente se puede gestionar el conflicto, el problema es que no nos enseñan. Algún día hablaremos de ello: diagnóstico, pronóstico y tratamiento.

«Un anciano fallece y en las puertas del cielo se encuentra con San Pedro que le dice:

– Te has portado muy bien en la Tierra; como premio puedes pedir lo que más te apetezca.

El anciano se toma su tiempo, y tras una pausa, responde que le encantaría hacerle una pregunta a Dios:

– Y qué quieres preguntarle, le dice San Pedro.

– Quiero preguntarle si algún día se acabarán los conflictos entre los hombres, responde el anciano.

Se le concede el deseo y se presenta ante Dios. Le lanza la interrogación que tanto le atormenta y Dios le contesta:

– Tengo buenas y malas noticias para esa pregunta. ¿Por cuál quieres que empiece?

El anciano le invita a empezar por la buena. Dios le comenta con voz concluyente:

– La buena noticia es que algún día se acabarán los conflictos. La mala es que no será durante mi existencia».

T. F. Crum en «The magic of conflict» (Touchstone, 1998) escribe:

– El conflicto es natural, ni positivo ni negativo.

– El conflicto es simplemente una introducción de una pauta en vigor.

– La naturaleza usa el conflicto como la primera motivación para el cambio creando magníficas playas, cañones, montañas y perlas.

– No se trata de si usted tiene un conflicto en su vida. Es lo que hace usted con el conflicto lo que marca la diferencia.

– El conflicto no es una lucha.

– Ganar o perder son objetivos de los juegos, no de los conflictos.

– Aprender, crecer y cooperar son objetos para resolver conflictos.

– Resolver un conflicto raramente es determinar quién tiene razón. Normalmente, es conocer y apreciar las diferencias.

– El conflicto empieza dentro. Cuando desenganchamos la carga de la creencia en los sistemas y damos paso a nuestras percepciones, queremos de modo más completo y libre.