Al comenzar a redactar el post, me vino a la cabeza un libro Paul Austertitulado “La música del azar” que me recomendó mi compañero de “HABILIDADES DIRECTIVAS” Alfredo Alcalá.
En un momento dado el protagonista, Jim Nashe hace alusión al libro deRousseau titulado “Las Confesiones” y describe el pasaje donde Rousseau está en un bosque tirando piedras a los árboles.
“Si doy a ese árbol con esta piedra, se dice Rousseau, entonces todo me irá bien en la vida a partir de ahora. Tira la piedra y falla. Esa no cuenta, se dice, y coge otra y se acerca varios metros al árbol. Vuelve a fallar. Esa tampoco contaba, se dice, y entonces se aproxima aún más al árbol y busca otra piedra. Falla de nuevo. Esa no ha sido más que la última tirada de calentamiento, se dice, es la próxima la que verdaderamente cuenta. Pero, para asegurarse, esta vez se acerca mucho al árbol, situándose justo delante del blanco. Ahora está a unos treinta centímetros, lo bastante cerca para tocarlo con la mano. Entonces lanza la piedra directamente contra el tronco. Éxito, se dice, lo logré. De ahora en adelante, mi vida será mejor que nunca.”
Utilizando estas líneas de Rousseaou podemos extrapolar a lo que pasa habitualmente en nuestra vida personal y profesional, en la empresa. Yo diría que si pensamos en el corto plazo, esto del autoengaño, ni tan mal: la frustración por no cumplir nuestros objetivos o ciertas expectativas se ve rebajada con esta forma de protegernos. Al pensar más en el largo plazo, debemos de tener cuidado de no caer en el pozo de la mentira y que, siendo conscientes de que nos movemos en la irrealidad nos provoque desmotivación, ansiedad, desengaño, etc.
Para escapar del autoengaño debemos de pensar, sentir y actuar (os suena?) respecto a lo que esta sucediendo ahora y no en función de lo que me gustaría.
Pilar Jericó en su libro “NoMiedo” habla del miedo al fracaso, ese miedo que por ejemplo hace que nos pongamos el disfraz de “superprofesional” que nunca a fracasado en nada porque hemos aprendido a interpretar el fracaso como una mancha. Así limpiamos esta mancha con alguna justificación del tipo: “Decidí irme de la empresa, pero ellos se adelantaron” o hacemos como si no existiera esa mancha con algo como: “No, no. Fui yo quien se fue”
Pues vale, si esto sirve para darnos algún tiempo para recuperar la confianza es asumible pero si se prolonga en el tiempo podría ser un comportamiento que se ancle e impida el cambio a un tipo de pensamiento más real y positivo.
Dándole una vuelta al autoengaño e intentando unirlo con la psicología inversa podríamos decir que el autoengaño podría ser un síntoma de inteligencia por que al engañarnos voluntariamente buscamos que las cosas funcionen como dice Trías de Bes.
Dicen que a la larga es difícil de mantener una actitud de autoengaño porque en los demás también levanta sospechas ya que lo que cuenta una persona no se corresponde con lo que se percibe de ella y acabemos pensando que es un exagerado, mentiroso, de poca confianza.
¿Cómo crees que le irá a este equipo en la liga?, Así se podrá ganar un partido pero el campeonato ya será más complicado.
A.L.